miércoles, 12 de enero de 2011

Respeta el viento



...Alcé la vista, y por encima del sepulcro había más de lo que había visto otras veces, o quizás de lo que había sentido. Estaba en el sitio adecuado el día adecuado, para lo que yo quería. Mi interior me pedía a gritos estar ahí, en ese momento, y contemplar lo grandioso de todo aquello.

Las preguntas que aquella mañana de otoño me habían llevado a estar ahí, poco a poco iban siendo atendidas por la inmensidad que ante mí se levantaba... iba viendo las respuestas en forma de pedazo de cielo, de ciprés encorvado por el viento, de silencio casi absoluto...

Y en medio de aquella hermosura, estaba ella... sonriendo y respondiéndome a través del espacio y del tiempo, en forma de presentimiento, de estremecimiento... Atendiendo las dudas de un hijo que desde hace años no ha parado de buscar una respuesta a todo esto.

Después de ese momento, no hay duda que encontraré esa respuesta, y posiblemente detrás de esa respuesta se encuentre ella, con esa sonrisa que me dejó plasmada a fuego en mi corazón.

Y es esa sonrisa la que me motiva, y me da vida y me inspira en el día a día.

Aunque tengo la firme convicción de que cada uno se labra poco a poco sus logros, desde ese día veo que una pequeña porción de mi motivación viene de todo eso que se nos escapa, que no podemos explicar, pero que hace tener un motivo por el que luchar, con optimismo...

...Vuelta de aquel mar de sensaciones que me hizo permanecer durante unos minutos atemporal, vuelta a la realidad, toqué el frío mármol de la lápida, pero esta vez, en lugar de darme un escalofrío, se encendió una llama en mi interior, en forma de ganas de vivir la vida y de dar lo mejor de mi mismo hasta mi final... es SU LEGADO.

Después de la reflexión, me metí en el coche y me puse a escuchar Respect the wind.

Un día especial

Cuando me levanté aquel 30 de diciembre se me pasaron varias cosas por la cabeza. Entre ellas estaba la monotonía de prepararme para el trabajo, pero era un día especial, y no sólo por ser 30 de diciembre(hay días que marcan), sino porque ese día había quedado con mi amigo Jokin para ir a ver al padre Jaime.

Por diversas fuentes sabía que últimamente había estado bastante enfermo, y como hacía mucho tiempo que no lo veía, tenía cierta preocupación por ver cómo vería a aquella persona, que siempre había sido tan activa.

Una jornada laboral bastante parecida al resto de días en estas fechas, una comida estándar y una siesta posterior para descansar y poder afrontar lo que me quedaba de día con energía.[...]

[...]Ya con mi amigo Jokin a mi lado y enfrente de la capilla llamamos. Nos abre un señor y nos dice que esperemos en la entrada. Nuestras miradas denotan nerviosismo y cierta ansiedad.

Un poco más tarde vuelve el señor y nos conduce a la estancia donde espera Jaime.

Mi primera impresión es buena. Una cachava le sirve para acercarse a nosotros, y sin embargo lo hace con energía... Y nos da un efusivo abrazo.

Nos sentamos, empezamos cada uno a hablar de nuestras vidas... el tiempo va pasando, y cuanto más le oigo hablar más me maravillo.

Sus palabras llevan fuerza, convicción, pero sobre todo, una gran humildad y mucho amor.

Una hora y media es suficiente para darme cuenta del gran hombre que un día nos dio una charla por primera vez en el salón de actos del colegio.

Nos despide con otro efusivo abrazo y se marcha a dar misa.

Jokin y yo nos miramos de reojo. Lo noto. Un pelín sí que hemos cambiado en ese corto espacio de tiempo. Volvemos con más alegría de la que fuimos.[...]

[...] Un poco más tarde pasamos media hora Jokin, Carol y yo en un bar conversando animadamente. Viene una amiga de Jokin llamada Claudia. Carol ha de marcharse, y nosotros continuamos por ahí. Había que alargar ese día de alguna manera.

Decidimos pasar la noche cobijados en el Maeloc, y según pasa el tiempo, hablando de cosas variopintas, algunas más serias que otras, me voy dando cuenta de que Jaime tenía razón en una de las cosas que nos decía: La vida está para vivirla, y para estar alrededor de quienes queremos estar y para amarlos.

Llevo ya un tiempo conociendo gente estupenda, con mucho que aportarme, y aquel día, después de haber visitado a Jaime, de haber podido estar con Carol(me hubiera gustado que hubiera sido más tiempo) y de estar en el Maeloc, hablando de cosas interesantes, con Jokin y Claudia, me di cuenta de lo que realmente quería en la vida, y de lo que tenía, y me sentí realmente bien.

Por último quería citar una de las cosas que nos dijo Jaime mientras estuvimos hablando con él (intentaré ser lo más fiel posible):

...hay una energía universal que podríamos llamar Dios y que hace que las personas nos queramos entre nosotros...

Relativo

Si alguna vez pudiera escoger minuciosamente las acciones de mi vida diaria, seguramente mi vida sería distinta completamente a la que llevo ahora. Es algo que machaca constantemente mi cabeza y me hace pensar:

Si trazáramos una línea y la nombráramos "tiempo", podríamos diverger en infinitas líneas si en cada parte de esa línea(que denominaríamos secuencia temporal) pudiéramos tomar diferentes decisiones a la vez.

Y es que dando un poco más de sí al asunto, seguramente podríamos haber vivido vidas completamente distintas incluso si en alguna de las secuencias tan sólo hubiéramos pensado de manera diferente a como teníamos previsto.

Siempre me pregunté por qué un sólo segundo podría marcar dos vidas tan distintas...
En un sólo segundo puedes optar por:
- Hablar o callarte, besar o no besar, acudir a un lugar o arrepentirte de ello...
- Son muchas cosas que normalmente no nos paramos a pensar, pero que cuentan.
- Si aquel día me hubiera decidido a besar...probablemente no estaría ahora escribiendo estas líneas.
- Si ese día no hubiera dicho nada, hoy no hubiera conservado tal y como concibo esa amistad...
Todo fluye, pero no invariablemente, es algo que hoy me ha dado mucho que pensar, y quería comunicarlo. Porque el hombre sin comunicación no es nada.

- Un secreto sin alguien que lo contara no tiene valor.
- Un conocimiento sin ser transmitido se perdería en el tiempo.
- El cariño, la amistad, la alegría...sin ser transmitidos carecen de sentido.

Y aquí queda mi reflexión, para el que la quiera.
Cuando compartes tu amor, descubres una vida encantada de felicidad interior inaccesible para los seres egoístas.

Soledad

Permanezco inmóvil en la arena, erguido, apenas sin parpadear. Los diminutos granos se intercalan en los dedos de mis pies, y una ligera brisa mueve mi camiseta impercetiblemente...

El sol luce fuerte tras de mí, acariciando con sus rayos mi cuello, y un azul cielo me permite visualizar aún más horizonte. Alguna nube ocasional se retuerce formando figuras aleatorias, dotando a todo aquello de una cambiante perfección, en constante movimiento. A unos metros de mí, con un vaivén calculado, el agua del mar se acerca y se aleja flirteando con mis pies, provocando, pretendiendo llamar mi atención hasta ahora fija en el horizonte.

Todo aquello forma una ecuación aleatoria, que continuamente fabrica formas livianas y hermosas... la calma es casi absoluta. Mi mp3, celoso del paisaje, intenta producir en mí el mismo regalo que estaban teniendo mis ojos, en forma de secuencias musicales armoniosas...

Mi cuerpo y mis sentidos se van estremeciendo constantemente ante el sencillo y a la vez inmenso paisaje... pero mi mente no está allí. Mi mente había comenzado un viaje allá donde mis ojos ya no llegan, y estaba tratando de encontrar el secreto de todo aquello, la caja de las respuestas a todas las preguntas, a todas mis preguntas...

Y en medio de todo aquello, de repente lo veo con claridad, mi mente me conduce a una habitación vacía con tan sólo una puerta y me pide que la abra. Haciendo caso a mi mente, abro la puerta, y allí estás TÚ, con TU SONRISA, con TU MIRADA...

My love we are one (Orca)

Siento el frío en mí, un gélido escalofrío lleno de dulzura y de dolor. Un sueño amargo y azul, que se torna al color del alba a la vez que se sumerge mi alma.

Algo que más que un sueño es un sentimiento, y que hace que aquel magnífico capricho de la naturaleza, mortal, rápido y calculador, reluzca con una belleza inusitada en lo más profundo de mi corazón, que lo ame y lo admire, y que crea en las mágicas leyendas, forjadas por humanos en tiempos más civilizados.

Me postro ante ti, me arrodillo y me sonrojo, capricho de los dioses, reina de los mares y princesa de océanos. Vive como sabes y deja que el destino dé forma a la alegoría en que me tienes inmerso.

Muéstrate tal como eres ante tu vasto reino, sutil y hermosa, y sé tú misma, mi amor.

Que las notas de esta canción se fundan y se graben a fuego en mi interior...